Tienes un cupo de energía. Ni más ni menos.

Cuando una parte de tu cuerpo necesita más energía para funcionar bien, el resto del cuerpo le envía parte de su energía para reforzar esta zona.

Entonces ¿Por qué hay épocas en las que siento que tengo más energía y otras en las que estoy que no puedo ni con mi alma?

Pues porque hay lo que se llama desequilibrio.

Tu energía no disminuye. Lo que pasa es que no está donde toca.

Me he encontrado con alumnos que tenían una creencia diferente sobre el bloqueo energético, y lo que hacían era visualizar la zona de dolor como una zona vacía de energía. Pero si estudiamos nuestro sistema energético veremos que la energía no se evapora, sino que disminuye su flujo o actividad en el cuerpo.

Bloqueo es sinónimo de estancado o paralizado.

Entenderás ahora que lo que tu cuerpo necesita para encontrarse más activo, es mover esa energía y devolverla al lugar que le corresponde. Es decir, hacer que tu cuerpo vuelva a su origen.

Los bloqueos energéticos se producen por situaciones de estrés o vivencias que originan un shock traumático. Si además se van sumando en el tiempo, es decir, la situación que te provoca esa emoción se va repitiendo, la energía se va a la zona de tu cuerpo que se ve afectada por esa emoción para mantener tu salud física.

Siempre llega un momento en el que, si no hemos podido solucionar esa situación, llega la enfermedad física. La sensación de cansancio, el insomnio y la necesidad de continuar con tu actividad diaria, llevan a tu cuerpo a funcionar a un ritmo que se hace insoportable.

Por eso siempre llega el momento de parar.

Normalmente no paramos voluntariamente, sino que es el cuerpo el que, por el dolor en una zona o por la enfermedad al bajar las defensas, nos obliga a tomarnos un descanso.

El problema es que este descanso también nos agota, porque nos sentimos mal por tener que parar.

¿Ves cómo todo lo que sumamos, las creencias que tenemos, nos bloquean más aún?

Vivimos en una era donde los problemas emocionales los solucionamos bloqueando esas emociones para continuar con nuestra actividad diaria como si no pasara nada. Y realmente lo que necesitamos es parar, analizar, observar la raíz del problema y empezar a trabajar para encontrarnos mejor y estabilizar nuestra energía.

Si la energía fluye, la salud llega.

La salud es sinónimo de una energía equilibrada y positiva.

Hay solución para todo menos para una cosa.

Si estás respirando, aún tienes tiempo de poder encauzar tu vida.

El camino que hay que recorrer para descubrir y afrontar aquello que nos bloquea, no es fácil. No hay una pastilla mágica que lo solucione. Depende de tu intención y de las ganas y el empeño que le pongas en mejorar.

Lo positivo es que no estás solo.

Cada vez más personas se acogen a terapias como la meditación y otras técnicas de movilización energética, como una vía para reconducir su sistema energético y encontrarse mejor. De hecho, son un gran complemento de la medicina tradicional y está demostrado que aceleran el proceso de mejora y sanación, ayudándonos a combatir los efectos secundarios de procesos largos y nos permiten, ahora sí, llevar nuestra rutina diaria con más amabilidad y felicidad.

Espero que si estás pasando por un proceso de bloqueo emocional y energético, veas la posibilidad de pedir ayuda en este ámbito.

Eres energía. Y la energía se nutre de tus pensamientos y emociones, y tu cuerpo de éstas.

Si estás interesado en profundizar más sobre este tema, te animo a que consultes mis planes de trabajo y reserves una cita conmigo online, donde veremos qué es lo que más se adapta a tus posibilidades.

Lo verdaderamente importante, es que busques un momento de tu día, cada día, para tí. Porque sólo cuidándote podrás disfrutar de la vida y afrontar sus retos con equilibrio.

Te deseo una vida feliz.

Sandra S.B.C.

Durante muchos años. Empecé a los 14 y lo dejé muchas veces. Algunas temporadas fumaba sólo unos días en concreto y en otras ocasiones, podía fumar lo de todo un mes en una noche.

La cuestión era echar humo… Porque creía que me gustaba.

Confundía el placer de chupar el cigarro y de expulsar el humo, con la necesidad de “tener que hacer algo” en ese momento. Sentirme integrada en el grupo, formar parte de una actividad e incluso parecer más sexy.

Tras muchos años de convencerme que lo podría dejar cuando quisiera, me di cuenta que no era así. Estaba enganchada. Me levantaba pensando en fumar. Cualquier instante en el que sintiera que el tiempo se paraba, lo quería llenar con el humo de un cigarro… y empecé a perderme cosas.

Había días en los que yo misma me daba miedo, y otros días en los que fumaba con rapidez, como si al fumar rápido sus efectos no fueran tan nocivos.

En medio de ese proceso empecé a aprender a gestionar mi energía con terapias alternativas, como el Reiki, la meditación y el Qi Gong. Con ellos entendí cómo funciona la mente y cuáles son los procesos de generación de creencias y descubrí que únicamente nosotros tenemos la capacidad de crearlas y de eliminarlas.

A través de la meditación, empezamos a dirigir la mente y todas las creencias y pensamientos que la componen.

Me di cuenta que si un día fui capaz de crear una red neuronal que me trasladaba la información errónea de que lo más seguro para mí era seguir fumando, también podía crear una red neuronal que me dijera que había una vida feliz sin necesidad de fumar.

Entendía que YO no era el cigarro, pero que el cigarro me estaba dominando.

Vi que YO estaba siendo controlada por algo muy pequeño, que me estaba enfermando.

Decidí ser LIBRE.

Decidí dejar de fumar.

Y los momentos en los que el pensamiento “ahora necesitas fumar”, “qué bien sentaría un cigarro ahora”, los cambié por respiraciones.

Mi Maestro me enseñó a meditar y en qué consistía  realmente esta práctica, sentí sus beneficios y los trasladé a situaciones concretas.

Dejar de fumar con meditación es posible si entiendes cómo funciona tu mente, porqué ésta te convence de que lo mejor es continuar fumando (no salir de tu zona de confort) y cómo trasladar la práctica de la meditación a momentos de tu vida en los que es imposible sentarse o tumbarse como un yogui a visualizar.

La respiración y la focalización son grandes ejercicios que no requieren de mucho de tiempo, pero sí de práctica.

En realidad, si fumas 6 cigarros al día, lo harás 6 veces al día.

Si fumas 4 cigarros al día, lo harás 4 veces al día.

Es sencillo. Lo que cuesta es ser constante. Por eso es tan importante el apoyo de alguien que te guía y te anima, con quien compartir tus logros y tus recaídas. Para hablar y entender por qué pasó, cómo evitarlo, cómo seguir.

La mente necesita 21 días de práctica constante para asimilar una acción cómo un hábito. A partir de ese instante, lo importante es creer en nuestra capacidad de alcanzar lo que deseamos, de seguir sintiendo la libertad de decidir qué haces con tu cuerpo en cada momento, sin adicciones o necesidades que te distraen de lo que realmente importa.

En el plan Cambio de Hábitos, practicarás la técnica que me sirvió para alcanzar una vida propia, sentirme por fin bien conmigo misma y aumentar mi autoestima.

Si tú cambias, tu realidad cambia.

Sólo tienes que regalarte una vida mejor.

Sandra S.B.C. 

1,5KG de músculo que puedes entrenar para que funcione a tu favor. 

El cerebro es nuestro órgano más complejo y es considerado como un universo aún por descubrir. 

También denominado “el del ático”, tiene voz propia y la mayoría de las veces nos da la sensación, que no es errónea, de que tiene poder sobre nosotros.  Pero no está todo perdido si lo que quieres es reconfigurar tu cerebro. 

En él conviven millones de neuronas que, agrupadas en redes neuronales, almacenan nuestros recuerdos, pensamientos, creencias y conocimientos. 

A partir de esta información, reaccionamos ante las situaciones externas según nuestras experiencias pasadas, según lo que hemos practicado y según lo que creemos que es correcto. 

Así que lo habitual es que tomemos decisiones según las redes neuronales que ya tenemos generadas y que nos mantienen “en alerta” para cuidarnos y protegernos. La mayoría de las veces, introducir cambios en nuestra vida está asociado a algo negativo. Esto es sólo una creencia. 

De ahí que el problema aparezca cuando queremos modificar aspectos de nuestra vida que nuestro cerebro tiene asumidos como “normales”. Es ahí cuando nos damos cuenta de que cuesta muchísimo llevarle la contraria. ¡Pero se puede!

Quiero que hoy te graves en él la idea de que tu cerebro es un músculo moldeable y que eres capaz de  eliminar los archivos insertados que ya no te interesan y crear archivos nuevos que empiecen a ser reconocidos por tu cerebro como una nueva forma de vida, ésa que quieres  y que sabes seguro que te  hace feliz. 

Imagínate que tu cerebro es un ordenador en el que has ido almacenando datos. 

Los datos que te aportan una vida positiva y feliz, se pueden quedar, pero los que te limitan o paralizan,  ¿de verdad quieres que sigan ahí o te entran ganas de llevarlos a la papelera? 

Ya sea un hábito como fumar o la creencia de que no eres capaz de hacer un maratón, lo principal es que te pares a sentir qué quieres hacer tú realmente y empezar a generar nuevas redes neuronales en las que te veas dejando de fumar y cruzando la meta de una maratón. 

EJERCICIOS PARA MOLDEAR TU CEREBRO

Te diría que todos, yo la primera, hemos recurrido a los libros de autoayuda para generar un nuevo hábito o un cambio radical en nuestra vida. 

Lo que pasa es que, sola delante del libro todo parecía muy fácil. El éxtasis de haber encontrado la solución me duró 30 minutos, hasta que la voz de mi cerebro me hizo regresar a la realidad y me mostró imágenes detalladas de todos los inconvenientes de esa nueva experiencia en la que me quería adentrar. 

Para mí lo verdaderamente efectivo fue poder contar con la ayuda de otra persona que pasó por ese proceso de reconstrucción y me guio  y acompañó en los ejercicios, sencillos pero eficaces, que moldearon mi cerebro a mi favor. . 

La meditación es uno de ellos. 

Pero existen otros como la visualización que, aplicados 10 minutos al día, nos ayudan a percibir grandes cambios en poco tiempo. 

LA CLAVE ESTÁ… en la constancia. 

Y para eso ¿por qué no tener un hermano/hermana mayor que te acompañe en ese proceso que necesitas vivir?

Busca y pide ayuda, con la idea clara de que lo que existe en tu cerebro lo has creado tú, y así entenderás que tú tienes el poder de eliminar lo que ya no quieres y de crear nuevas ideas. 

Sandra S.B.C.