No importan los recursos que tienes. Importa qué haces con ellos y cuál es tu actitud ante tus retos.

Soñar está muy bien y decir lo que quieres en voz alta, también.

Pero si te quedas únicamente con esa acción, el Universo, por muy preparado que esté para darte lo que quieres, no regala nada. Seguro que ya te has dado cuenta.

A lo mejor te has visualizado en alguna ocasión logrando tus objetivos e incluso sentido en tu piel la emoción de ese momento. La felicidad sería absoluta.

Y aunque visualizar es una parte del proceso, lo más importante es la disciplina y la constancia que le pongas a ése proyecto.

Las personas que no son disciplinadas son las personas que se quedan en el camino. Y en el cementerio hay muchos sueños sin cumplir. ¿No te parece?

Ya sea un cambio de hábitos, como crear un negocio, cómo tener una relación de pareja diferente, cambiar de trabajo… sea lo que sea, si no te mueves no llega. Por muchas velas que pongas.

Personalmente me he dado cuenta de que cuando trabajo la energía para atraer fortuna, lo que me llega es más trabajo. Y ése es mi camino.

Trabajo en aquello que me llena y en aquello que me da estabilidad económica para que no cese la entrada de dinero. Y no me quejo. Me alegro y doy las gracias. Porque es mi camino, lo sé, lo reconozco, lo acepto y lo adoro.

Eso no evita que compre algún que otro número de lotería, por si el destino tiene alguna sorpresa preparada. Pero toco con los pies en el suelo.

Cuando me llega una idea de negocio a la cabeza, la analizo y si veo que realmente va conmigo, que voy a estar a gusto trabajando en ello, la desarrollo. Y esto, implica muchas horas de trabajo y por lo tanto disciplina.

He comprobado más de una vez, que cuando abandono la disciplina, el proyecto y sus posibles ganancias se esfuman.

Igual pasa con las ganas de tener mejor salud haciendo ejercicio y comiendo mejor. Cuando eres disciplinada eres feliz porque “a pesar del esfuerzo” te sientes mejor. Y eso es lo que querías.

Con la disciplina estás obligado a cambiar tus rutinas, debes hacer grandes esfuerzos para eliminar hábitos tóxicos, como la comida rápida y el sofá durante una miniserie de 7 horas seguidas. Ninguna de las dos opciones genera beneficios positivos en tu vida.

Responde la siguiente pregunta, siendo sincero de verdad contigo.

¿Cómo te sientes cuando aplazas tus tareas? Ya sea para no hacer nada o para atender a otra persona que necesita de ti.

¿Te ha venido bien esa excusa?

Cuando nos dejamos llevar por las excusas para no ser disciplinados, es porque realmente tenemos miedo al cambio que estamos generando. Aunque esto sea positivo. Hay miedo a salir de lo que ya conocemos.

Pero si te dejas llevar por el miedo, tus proyectos se difuminan y tu vida no llega al nivel que tú deseas o sueñas.

Sinceramente, cuando empecé mi trabajo personal para conocerme realmente, para ver qué quería de la vida y porqué me sentía tan mal conmigo misma, además de entender muchos pensamientos removiendo el pasado y mis relaciones familiares, me di cuenta que el mayor boicot me lo estaba haciendo yo misma. La falta de constancia y la falta de disciplina la originaba yo, y eso me generaba falta de autoestima y que me mirara al espejo y no me gustara lo que veía. Pero era culpa mía, no de mis padres ni de mi marido, ni de mi hija, ni del trabajo, etc.

Era yo.

El tiempo me ha enseñado que yo sola podía hacer lo que quería, pero con ayuda he llegado mucho más lejos.

Porque la energía que me faltaba para continuar la encontraba en las personas que también creían en mí y en mis objetivos.

Porque cuando formas parte de un grupo que tiene la misma intención que tú, se genera una energía brutal, en la que todos sumamos y nos reforzamos, a la que podemos recurrir cuando no nos vemos capaces de seguir.

Lo realmente importante es que sepas que la disciplina es una actitud que requiere de esfuerzo diario, pero que si lo focalizas bien y si encuentras el apoyo para mantenerlo, es la herramienta que te hará lograr lo que sea que quieres lograr en esta vida.

La disciplina es esa actitud que te hace perseguir tus metas y continuar con tus cambios de hábitos, a pesar de la pereza y las pocas ganas, dejando a un lado las excusas.

Disciplinado es esa persona que se levanta cuando suena el despertador y aprovecha el tiempo, sin pensar que estaría mejor en la cama, abrazado a la almohada.

No tenemos un tiempo finito. Vamos a morir algún día.

Yo quiero morirme con la sensación de que di lo mejor de mí.

En Todo.

Sandra S.B.C.